domingo, 24 de diciembre de 2017

conjunt de poemas

la calamidad de mi voracidad

Una y otra vez mis pesadillas remeten en contra de mi voluntad, sentir esa emoción recorrer tu espalda, no es agradable sentir como lentamente tu juicio se ahoga, entre tantos pensamientos, entre tantos deseos, en esa firme voracidad, el morder sus labios, hasta llevarla hasta la estenuacion, el sentir sus delicadas curvas en mis manos, ver el éxtasis en sus ojos con el simple roce de mis caricias, que sinfonía más bella, sería nuestras voces al compás de ese mero placer, reír con ella, llorar con ella, sucumbir al deseo con ella, esto es una pesadilla sin tu consentimiento, el placer de ti, y mis pensamientos más oscuros nublan mi voluntad, mi alma arde más que en el infierno por ti, por favor bésame, hasta la saciedad, o déjame arder hasta desaparecer, de no ser así me convertiré en el rehén de mis pesadillas y no habrá retorno, en esa senda endiablada llamada locura.

el que vela en tus adentros

Velo por ti mi querida niña, desde hace más de lo que crees, has sido mi insomnio, más de una noche, mientras tu rostro se plagaba de lagrimas, he sido testigo de tus heridas y he sido aquel que las sanaba con algo más hilo y aguja, junto con besos y caricias para todas esa fallas que su alma arrastra, veo en tus ojos esa mirada, la mirada que tanto he esperado, esa mirada por la que tanto he peleado, por todas esa avanzacillas que cometi, en el interior de tus mayores temores, por adentrarme en los infiernos más profundos donde te consumias lastimosamente, soy mejor que aquello que te metió en aquella cárcel detestable, sé que lo sabes, sé que al fin entendiste, así que basta de hablar, dejemos que nuestros alientos se unan y que nuestros labios bailén al compás del latido que nos une.

  el epílogo de un beso

Que dulce sabor y armonía la de tus labios aguardan ese dulce manjar esa fina Ambrosia, puedo explicar la mínimo detalle el placer de besarte, la locura que me seduce cuando muerdo esos labios tan carnales, sentir ese estremecimiento, que hiela mis adentros Y al segundo como estos arden y arden con unas llamas más candentes que las del mismo infierno Sentir que en el caos de cada pensamiento de cada centenar de estos Se colapsan y al instante se desvanecen en la nada Sentir una exótica euforia que recorre mi piel erizandola a cada palmo hasta el flujo de un éxtasis tan puro tan denso Y que cala hasta en los adentros más hondos de mi alma Que no hay un segundo después del primer beso que desee un segundo y tercero mas

No hay comentarios:

Publicar un comentario